google.com, pub-3435181644107017, DIRECT, f08c47fec0942fa0 PARA COMERTE MEJOR: octubre 2012

domingo, 28 de octubre de 2012

No soy yo... eres tú!!




Cierto día caminaba por el centro de Papantla, Ver. Cuando un par de viejecitas me detuvieron con una sonrisa y un inusual saludo — ¿Cómo está usted, Padre Juan? – — No, señoras, yo no soy Juan y tampoco Cura — Les respondí con amabilidad. La sonrisa de las ancianitas se borró de golpe y avanzaron dificultosamente sin decirme adiós. Después supe que me habían confundido con un joven sacerdote recién llegado ala Parroquia local.


No es la primera vez que me confunden con otra persona. Por ejemplo, un día bajando del avión, en el aeropuerto Tajín, se me acercó una reportera de un diario local para pedirme una entrevista exclusiva; en otra ocasión, unas jovencitas estudiantes del CONALEP me solicitaron una beca; en otra, un borracho me mentó la madre afuera de un oxxo. Una vez, un matrimonio de jubilados me agradeció la pavimentación de su calle y otra, un grupo de personas aprobaron con su dedo pulgar extendido hacía mí, las fuentes danzarinas del Parque Reforma de Tuxpan… Todos ellos me habían confundido con @Beto_Silva_R , el exitoso y dinámico alcalde tuxpeño.


La escena se repite con cierta frecuencia: Alguien se me acerca con la mano extendida, una sonrisa nerviosa y me dice – “Gracias Beto por…..” . Yo me sonrojo, respondo al saludo y amablemente aclaro – Yo no soy Beto Silva — — Pues se parecen mucho— suele ser la respuesta. Mutuas disculpas por la confusión y hasta luego. Quiero hacer énfasis en que siempre aclaro la equivocación y nunca me he aprovechado del supuesto parecido. Por ejemplo, en las fonditas o taquerías donde me dicen “cortesía de la casa, licenciado Beto” y yo les respondo con un suspiro y llevándome la mano a la cartera “soy ingeniero y no soy Beto”


Ayer, por ejemplo, iba camino a mi oficina, serían las 2 de la tarde y afuera del mercado, un hombre le metía una tunda a su pequeño hijo de unos cinco años de edad. El violento padre alternaba manazo y coscorrón con precisión mecánica zaz, zaz, zaz, subía y bajaba la mano del padre, y moles, moles, a donde cayera el chingadazo. El niñito lloraba quedamente, con estoicismo, zarandeado de a uno a otro lado, mientras su joven madre observaba paralizada de espanto, sin atreverse a protestar y cargando todas las bolsas del mandado. A mi parecer la fuerza era desmedida, por muy mal que se hubiera portado el chamaco. Entonces, me llené de coraje y me acerqué al hombre, detuve la mano que azotaba y le exigí con firmeza — Deja de pegarle al niño, no seas cabrón – Unos ojos como de fiera se voltearon a verme, por un momento pensé que aquel fortachón me tiraría un golpe, pero su rostro cambió de la ira al asombro y en vez de tirarme un golpe, se quitó el sombrero y me extendió la mano. — Discúlpeme, licenciado Beto, es que el niño me sacó de quicio – Era obvio que el rudo hombre me estaba confundiendo con Beto Silva. Normalmente hubiera aclarado la confusión “Yo no soy Beto” Pero esta única vez, continué en el papel: le tomé la mano con un apretón severo y seco. Dejé el saludo para sentenciar con el índice agitado pausadamente frente a su rostro – No quiero ver que le vuelvas a pegar al niño, por mucho que te haga enojar ¿Te quedó claro?—El hombre apretaba el sombrero entre sus manos – Si, licenciado Beto, le prometo que no volverá a suceder – luego volteó a ver a su esposa — vieja, ven, saluda al licenciado – La joven señora se acercó tímidamente hacía mí, saludó con la puntita de los dedos y retiró su mano de inmediato. A todo esto, el niño miraba sollozando la escena sin entenderla del todo pero comprendiendo que yo le había ahorrado al menos la mitad de la tunda. Sin mediar palabra me retiré del lugar de los hechos y me subí de inmediato a un bus que estaba en la parada cercana. Los mirones se habrán sorprendido que el supuesto alcalde usara el transporte colectivo para llegar a su oficina, los héroes suelen usar autos como el Batimóvil o camionetas grandes y lujosas, pero esta vez, a Super Beto se le hacía tarde y tenía que tomar el micro. Pagué el pasaje y me senté del lado sombra. Cuando el bus se puso en marcha y la brisa entró por el cristal roto, me puse a pensar si habrá en el mundo alguien a quien detengan por la calle y le digan — Ingeniero Alexander, ¿como está usted? Y él responda “No soy ingeniero, ni me llamo Alexander”

lunes, 8 de octubre de 2012

Los Números Egipcios



Famoso por sus monumentales construcciones, como la Gran Pirámide de Keops y la Esfinge de Giza, Egipto es cuna de una antigua civilización de ingenieros y constructores extraordinarios.
En el norte de África, en la esquina que colinda con el Continente Asiático se encuentra la cuna de una de las más sorprendentes culturas de la antigüedad: Egipto.
Considerada una de las Maravillas del Mundo Antiguo, la Gran Pirámide de Keops fue el edificio más alto del mundo durante casi 4,000 años. Su altura original era de más de 146m, es decir, más alta que un edificio de 50 pisos.
La Esfinge mide más de media cuadra de largo y su altura es mayor que un edificio de 10 pisos. Cada una de las orejas de la esfinge es casi tan grande como un niño de 10 años.

El Sistema Numérico Egipcio, constaba de 7 símbolos:
*-Una barra vertical para el número 1
*-Un lazo doblado en forma de “n” para el número 10
*-Una cuerda enrollada en espiral para el número 100
*-Una flor de loto para el número 1000
*-Un dedo índice apuntando para el número 10,000
*-Una especie de animal con cola para el 1000,000
*-Un astrónomo con los brazos extendidos representa un millón.
En cada cifra, los símbolos se podían repetir hasta nueve veces, la décima vez, se cambiaba al símbolo superior siguiente.
Para escribir algunos números, se necesitan muchos símbolos.
El Sistema Numérico Egipcio no tiene un símbolo para el cero y sus números se pueden escribir de izquierda a derecha o viceversa. El sentido en que se escriban los símbolos no afecta el valor del número, ya que el Sistema Egipcio es un sistema aditivo no posicional. Es aditivo porque, para saber cuánto vale un número, se debe sumar el valor de los símbolos; y es no posicional por que la posición de los símbolos no afecta el valor del número.
Se piensa que la figura que representa un millón.es la figura de un astrónomo que está viendo hacia el cielo, tratando de contar la gran cantidad de estrellas que hay. Lamentablemente, con los 7 símbolos que usaban los antiguos egipcios, solamente se podían representar números inferiores a 10 millones; y en la noche de los tiempos, es seguro que hay muchas más estrellas que eso.

martes, 2 de octubre de 2012

2 de Octubre, no se Olvida.



El tío Juan es una persona bastante singular. Soltero empedernido, siempre anda algo desaliñado y viste un poco raro. Tiene el cabello ondulado, un rostro agradable y una mandíbula poderosa que, a su edad, logra arrancar algún suspiro a más de una fémina despistada. Hasta las jovencitas lo consideran “un señor guapo”; la única nota discordante en la agraciada faz de este galán otoñal es un enorme hueco entre su blanca dentadura; es decir, está chimuelo. Además tiene un tic: a veces, por el espacio de su diente chimuelo asoma involuntariamente la punta de su lengua.


 De joven se fue a estudiar al DF porque quería ser ingeniero, pero de algún modo  dejó las matemáticas y se pasó a la facultad de filosofía y letras donde se sintió como pez en el agua.


Inquieto como todos los jóvenes, el tío Juan se juntó con otros estudiantes foráneos que radicaban en el DF y formaron un grupo de rock llamado ostentosamente “los Dreamers”.


Eran los últimos años de la década de los 60´s y las acarameladas canciones del rock and roll iban dejando el paso al Rock, así, a secas. La juventud comenzaba a experimentar con música más progresiva, más pesada y escandalosa. “Música de marihuanos” decía  la dueña del cuarto donde se hospedaba el tío Juan, horrorizada ante aquellos greñudos  que se juntaban a dar de gritos y guitarrazos  y que tocaban de a gratis donde les dieran permiso de tocar.


Diversos eventos impidieron que el tío Juan llegara a ser un profesionista; se convirtió en carpintero, de los buenos. Lejos ha quedado esa época en la que cantaba a grito pelado covers de los Rolling Stones, pero aun conserva la habilidad con la guitarra y el gusto por la música. Tiene buena voz, pero el espacio abierto entre sus dientes es aun más notorio cuando canta.


Hace poco me lo encontré en una fiesta familiar. Después de unos tragos y canciones, ya entrados en confianza le pregunté acerca de su dentadura: ¿Tío, porque no te tapas esa ventana que se te ve tan fea? –


El tío Juan suspiró; le dio un trago a su cerveza y me dijo


– para no olvidar ---


--- ¿Para no olvidar que?


--- Para no olvidar que de chamaco, cuando estudiaba en México, tuve una novia  que se llamaba  Sofía.---  


--- No manches, tío.  ¿Estás chimuelo por un recuerdito de una novia de juventud? --- Le pregunté socarronamente.  El tío Juan encendió un cigarrillo, y dejó la guitarra de lado; señal de que iba a contar algo bueno –


 ---Mi novia era una jovencita que además de bonita era muy aguzada, tenía buena voz y  le encantaba la política. Siempre andaba en mítines y manifestaciones. Tú sabes sobrino,  que a mí  la polilla ni fu ni fá, lo mío siempre ha sido la música; pero ella me arrastraba con su entusiasmo a sus arguendes, y yo que la quería tanto, pues con gusto le acompañaba.


Un día me convenció de ir a uno de sus mitotes. Quedamos de vernos en el centro. Habría una manifestación en la plaza de Tlatelolco, una grande. Pues ahí me tienes gritando consignas por encargo de mi novia. Este puño si se ve, este puño si se ve …  así caminando hasta Tlatelolco. Cuando llegamos, unos chavos, de los líderes,  empezaron a hablar;  bla bla bla y yo en la baba, ni los escuchaba; estaba aburridísimo. De repente, todos comenzaron a correr, en estampida. Unos venían gritando que estaban balaceando  a los manifestantes.  Se oían truenos que después supe que eran disparos, gritos, mentadas. Tomé de la mano a Sofía y comenzamos a correr como locos. Pero la masa de gente espantada corría en todas direcciones tropezando unos con otros. Trastabillamos, caímos al suelo y  nos pisotearon. Cuando al fin pude levantarme, Sofía no estaba a mi lado. Empecé a buscarla a gritos, entre los rezagados que huían, entere los heridos que estaban tirados en el piso y nada.  Llegaron unos soldados y me agarraron, me llevaron a empujones,  junto con otros chavos,  a la parte trasera de un camión militar.


Todos estábamos callados, cagados del miedo, sin saber a dónde nos llevaban ni lo que nos iban a hacer. Cuando el camión se puso en marcha, uno de ellos me preguntó. --- A ver tú, cabrón, ¿qué venías gritando? ---


--- Yo nada – le dije, temblando.


--- No te hagas pendejo, ¿qué venías gritando? – Otro soldado me torció el brazo  y me hizo hablar.


--- Veníamos gritando que este puño si se ve ---


El gorila sonrió --- Este puño es el que si vas a ver, hijo de la chingada --- Me dio un puñetazo y me voló el diente. Estuve preso una semana, incomunicado. Cuando me soltaron, fui a buscar a Sofía. La busqué en el cuarto que rentaba, pregunté por ella a sus amigas, y nadie sabía nada. Fui a la Cruz Roja, a los hospitales, a las delegaciones… nada.  Un conocido me dijo que sabía de buena fuente que se la habían llevado al Campo Marte --- De ahí nadie sale vivo, mi chavo--  me dijo ominosamente; una chica que venía con él, lo contradijo --- no seas hablador, no le creas nada a este loco, Juan. A mí se me hace que se regresó a su pueblo … ----  La busqué durante semanas, meses…con el tiempo perdí la esperanza. No sé qué pasó con ella, la verdad... La cosa es que no me  pongo el diente para no olvidarme de Sofía, mi novia … el día que perdí este diente, también la perdí a ella ---


--- Estás muy wey, tío, ya lo pasado, pasado. ---


Un metiche le dijo -- búscala por Face Book---


Alguien de por la sala gritó: Música Juanito, Arráncate con “Macondo”.


El tío Juan aplastó el cigarro en el cenicero; tomó la guitarra y su  suave  voz de barítono vibró en el aire   “Los cien años de Macondo suenan, suenan en el aire …” Y la punta de su lengua se asomó por el espacio del diente chimuelo, cicatriz de un amor perdido.

lunes, 1 de octubre de 2012

¿Quién empujó a Juan Escutia?

¿Quién fue Juan Escutia?
Anterior a su gesta heroica, poco o nada se conoce de la vida de éste cadete. Se sabe que nació en Nayarit en 1827 y que murió defendiendo el Castillo de Chapultepec de la invasión norteamericana el 13 de Septiembre de 1847; hasta ahí. Lo demás son suposiciones.
¿Quién Empujó a Juan Escutia?
Eso que los franceses llaman “Beau Geste” podría ser ejemplificado con la heroica muerte de Juan Escutia: Al verse rodeado de enemigos, mal herido y sin armas para defenderse, prefirió la muerte que ver su bandera en manos del invasor, así que se envolvió en ella y se lanzó al vacío.
¡Murió por la Patria!
Recuerdos de mi infancia: El patio de mi escuela primaria con todos los pequeños alumnos vestidos de blanco y en posición de firmes, el redoble de los tambores grabados en un casette, el sol brillando intensamente, el cielo azul, la bandera ondeando en lo alto y mi infantil pecho henchido de patriotismo y de orgullo; el pequeño comandante de la escolta pasaba al frente y gritaba uno a uno el nombre de los Niños Héroes y los demás alumnos contestábamos a una sola voz “Murió por la Patria”.
--- Juan de La Barrera ---
---Murió por La Patria ---
--- Agustín Melgar ----
---Murió por La Patria ---
Cuando llegaba el turno de mi favorito, yo gritaba aun con más fuerza – Juan Escutia -- -- ¡Murió Por La Patria! ---
De la Epopeya un Gajo.
Ya en mi adolescencia leí algunos textos y ensayos donde ponían la gesta heroica de Juan Escutia en el mismo nivel de leyenda que Santa Claus: Juan Escutia no existió, y si acaso existió no se aventó con la Bandera, y si lo hizo fue porque se cayó accidentalmente o alguien lo empujó. La veracidad de aquel bello gesto de valor y de orgullo recibía ataques de todos lados. Irónicamente no fueron balas, si no la pluma envenenada de francotiradores apertrechados tras pesados escritorios los que dejaban mal herido al héroe de mi infancia.
Sacrificio Inútil.
El sacrificio de Escutia fue inútil; un día después de su muerte, el General Norteamericano Winfield Scott capturaba la Bandera Mexicana y 2 días más tarde se izaba a toda asta la Bandera de los Estados Unidos en el Castillo de Chapultepec. Al finalizar la guerra, México perdió casi la mitad de su territorio,
Hoy en las redes sociales, el nombre de Juan Escutia es tomado en broma: Que si se cayó, que si lo empujaron, que si quería volar, que si participaba en el programa de Jackass.. en fin!.
Puedo imaginar al General Norteamericano W. Scott en alguna región de ultratumba, alzando su copa, sonriendo a los twiteros y humillando una vez más al héroe de mi infancia: Juan Escutia.

SANTO Y LOS PEJE ZOMBIES


LOS PEJEZOMBIES
En los años ochenta había en la televisión tampiqueña un programa llamado “Invencibles del Ring” que presentaba viejas películas de luchadores en blanco y negro. Por lo general, la película a exhibir se titulaba “El Santo VS …” y ahí en los puntos suspensivos agréguele usted cualquier villano de serie “B” que se le ocurra: Los Marcianos, Las Momias de Guanajuato, Drácula, Las Mujeres Vampiro… en fin, un amplio universo de maldad que Santo combatía valientemente dentro y fuera del cuadrilátero.
En una de esas películas fue donde conocí por vez primera a esos seres sin inteligencia y sin voluntad llamados Zombis.
La película era “Santo VS los Zombis” y la trama era algo así: Un malvado científico se adueñaba de la voluntad de las personas por medio de un singular cinturón, que lo mismo servía para sostener los pantalones que para recibir órdenes a través de un radio transmisor que tenía incluido.
Así podía aquel científico desquiciado perpetrar los crímenes más audaces sin tener que exponerse él mismo, ya que eran las personas zombificadas, quienes los ejecutaban.
Traigo esto de los zombis a colación porque con la efervescencia política que vive hoy México, a los simpatizantes de López Obrador les han bautizado insidiosamente con el mote de “Peje-Zombis”. Hacen alusión al apodo de López Obrador, “Peje”, y a los zombis antes mencionados.
Bastante desafortunado el apodo este de peje-zombi. No veo en López Obrador una mente malévola tratando de conquistar al mundo, ni en sus seguidores a un ejército de hombres y mujeres carentes de inteligencia y manejados impunemente a distancia.
Por el contrario, algunas de las mentes más brillantes de México han apoyado públicamente a López Obrador. El Peje tiene entre sus seguidores a Intelectuales, científicos, escritores y artistas, cosa que no ha pasado con otros candidatos. Como muestra un botón: Ya sabemos lo que opinaba Carlos Fuentes acerca de Peña Nieto.
Pero sigamos con los Zombis. En los años ochentas el director de cine George A. Romero nos sorprendió con la película “El Amanecer de los Muertos Vivientes”. En este caso los zombis no son autómatas controlados a distancia, sino que están infectados por una especie de virus que los convierte en feroces comedores de carne humana. Tienen especial predilección por devorar el cerebro de quien caiga en sus manos y propagan el virus a través de la mordida. Si usted es mordido por un zombi y sobrevive, terminará siendo también un zombi.
Aquí si encuentro cierto paralelismo con los seguidores de López Obrador. Están contagiados con la idea de la Democracia y tratan de propagar esa idea al cerebro de las demás personas. Los que han captado el mensaje, muy pronto se vuelven peje-zombi y tratan de convencer a los demás de que es López Obrador la única respuesta a los problemas que vive México. Los Peje-zombis no buscan carne humana, buscan cerebros, están contagiados con el virus de la democracia y la libertad. No atacan con mordidas, seducen con ideas, y ya lo dijo Christopher Nolan, una idea es como un virus, uno muy resistente y contagioso.