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viernes, 28 de agosto de 2015

La Profecía de Fidel Castro






Este 14 de agosto de 2015, sucedió algo que por más de medio siglo parecía imposible. La bandera de Estados Unidos volvió a ondear en territorio cubano.
Según la página web del diario español ABC, Por increíble que parezca Fidel Castro profetizó con toda precisión la llegada de este día en 1973: «Estados Unidos dialogará con Cuba cuando tenga un presidente negro y haya un Papa latinoamericano».
Castro resultó más efectivo que Nostradamus.
Y es que desde el 3 de enero de 1961, que se rompieron las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, la reconciliación se veía prácticamente inalcanzable.

Y es que en 1973 esa predicción parecía inalcanzable.

Las relaciones estaban tan deterioradas que las agencias de Inteligencia Americanas intentaron asesinar al líder cubano Fidel Castro cientos de veces y los cubanos apuntaron misiles nucleares rusos directamente contra Miami.
¿Pero cómo surgió la enemistad entre Americanos y cubanos?
Todo  comenzó en Tuxpan, Veracruz, México. Con un barco de menos de 14 metros de largo, o de eslora, como dicen los marinos, un grupo de hombres  armados con rifles deportivos de cacería, partieron rumbo a la Isla de Cuba, con la misión de vencer a un todo un ejército regular y derrocar al dictador Fulgencio Batista.
El Gobierno de Fulgencio Batista estaba respaldado por el ejército cubano y por las grandes mafias americanas, que habían establecido en Cuba una extensión de sus negocios ilícitos.
En ese entonces, el Ejército regular cubano tenía 40 mil efectivos. Que fuese derrocado por un grupo de 82 jóvenes rebeldes en un yate recreativo, parecía cosa de risa.

El contingente iba comandado por un abogado rebelde de 31 años de edad y casi 2 metros de estatura llamado Fidel Castro.
Un mes antes, por medio de un contacto mexicano, habían comprado un yate de uso recreativo llamado “Granma” es decir “abuelita” en inglés. Y a todas luces no era la mejor opción para un desembarco militar.
Salieron de madrugada, con el mayor sigilo para no ser detenidos por las autoridades mexicanas. Junto a Fidel Castro, iba su hermano Raúl y el Dr Ernesto Guevara, apodado “El Ché”.
En cuanto alcanzaron mar abierto el oleaje barrió la cubierta. Los hombres, mareados comenzaron a vomitar, y el agua entraba a raudales amenazando inundar el barco.
Maltrechos y fatigados, pero sobre todo hambrientos, llegaron a costas cubanas el 2 de diciembre de 1956.
El ejército de Batista los estaba esperando y los recibió a balazos. Después de una semana de haber desembarcado, de los 82 expedicionarios solamente quedaban vivos 16, que resistieron y se internaron en la espesura del monte.
25 meses después, Fidel Castro logró el triunfo definitivo y Batista huyó del país con una fortuna próxima a los US$ 100.000.000, exiliándose primero en la República Dominicana, luego en la isla de Madeira (Portugal) y por último en España.
El 8 de enero de 1959 Fidel Castro entra victorioso a La Habana. La Revolución había triunfado.
En un principio, Castro no se declaró comunista ni anti yankee.
Pero la relación se fue deteriorando rápidamente. En 1960 Castro expropió cientos de compañías americanas, incluyendo dos refinerías, y el Presidente de los Estados Unidos, Dwight Eisenhower respondió prohibiendo la exportación de productos americanos a Cuba y suspendiendo la compra de azúcar al país caribeño.
En 1961, aun bajo la presidencia de Eisenhower, Estados Unidos rompe relaciones diplomáticas con Cuba y cierra su embajada en la Isla. Ese mismo año, el Presidente Kennedy patrocina un bombardeo de fuerzas opositoras a Castro y al día siguiente Castro declara su gobierno Socialista-comunista.
Un día después, un grupo de 1,297 opositores cubanos, apoyados por la CIA y financiados por el gobierno de Kennedy, invaden la Isla de Cuba, pero son desarticulados por Castro en menos de 72 horas.
Desde entonces, uno de los objetivos de todos y cada uno de los presidentes americanos fue acabar con Castro, haciendo que el Libro de Récords Guinness tenga al dirigente cubano como la persona a la que más veces han intentado asesinar… sin conseguirlo.
Por eso, en aquel lejano 1973, la supuesta profecía de Fidel Castro parecía imposible, pero afortunadamente ocurrió:
Los Estados Unidos tienen un presidente Negro, en el mundo hay un Papa Latinoamericano, y nuestros amigos americanos y nuestros hermanos isleños han vuelto a estrechar sus manos.