El Emperador confió el ejército en Sun-Tzú, quien defendió valientemente el reino hasta derrotar al enemigo.
Cuando Sun-Tzú hubo ganado la guerra, el Emperador de Wu (que era un Emperador chino y nada tiene que ver con Lady Wuuuú) se tornó déspota y cruel, tirano y abusivo.
Sun-Tzú no quería trabajar para alguien así, pero desairar al Emperador lo condenaba a una muerte casi segura, por lo que una noche, dejando atrás todas las riquezas que el Emperador le había otorgado, partió con sigilo rumbo a oriente. Los pocos que le llegaron a ver, dijeron que no llevaba capa, ni espada, ni aún sus botas pués iba descalzo.
Cuando le preguntaron que después de tantas batallas, qué es lo que había ganado, el respondió "mi libertad", cabalgó rumbo a la oscura noche y nunca más le volvieron a ver. (El Arte de la Guerra)