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jueves, 22 de septiembre de 2016

Uno del Vespertino (Mi Primer Beso)

“Uno del vespertino”
By Alexander Galué Rivera


La muchacha que va en sexto “C”, ésa a la que todo mundo le dice ”La Bricny”, no se llama Bricny, en realidad se llama Juanita, pero no le gusta que le digan así. Piensa que su nombre no es bonito, por eso se lo cambió por uno que suena más artísitico: “Bricny”, cómo Brittney Spears, la gringa que sale cantando en la tele.
Era muy buena estudiante, varias veces salió de abanderada, hasta que un día, cuando íbamos en quinto, se enamoró de un muchacho del vespertino. Era un muchacho de sexto, de los más grandes que le decían el Brayan. Al Brayan le gustaba el fútbol y se peinaba como Cristiano Ronaldo, unos hasta decían que se parecía a él.
Él también le hacía ojitos a Juanita, es decir, La Bricny. Se saludaban de lejos, a la hora de la salida, cuando los del vespertino iban entrando y nosotros saliendo.
Un día el muchacho del vespertino le mandó un recado a la Bricny. El recado decía que si quería ser su novia. La Bricny le contestó de volada, que si, que quería ser su novia y que soñaba con el día en que pudieran verse para platicar de cerca.
El muchacho se acercó a ella al día siguiente. Platicaron, se tomaron un refresco y se quedaron juntos hasta que sonó la campana. Yo los seguía de lejos porque a mí me gustaba ella, siempre estuve enamorado de Juanita, pero nunca me atreví a decírselo.
Otro día los vi platicando debajo de un árbol, sentados en la sombra. Al muchacho se le cayeron los cuadernos y él y la Bricny se agacharon a recogerlos al mismo tiempo, sus caras quedaron muy juntas, se miraron a los ojos, sus corazones latieron muy fuerte y el muchacho le dio un beso. Yo sentí muy feo que ellos se besaran y me fui corriendo.

La semana siguiente tuvimos exámenes. Juanita reprobó porque cuando entregó el examen en vez de respuestas había llenado la hoja con corazones atravesados por una flecha, con el nombre del Brayan encerrado adentro del corazón. A partir de ahí, ya no ha vuelto a salir de abanderada. Yo no sé si sigue de novia con el Brayan, pero ya no es la misma. A mi me gustaba más antes de que se cambiara el nombre, cuando era Juanita, la niña más aplicada del quinto “C”, ésa que siempre salía de abanderada, a la que yo soñaba con darle mi primer beso.

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